Queridos toldos (es la versión veraniega del cariño),
Ayer alcancé un hito en mi vida. Toqué techo. Ya me puedo morir en paz; a partir de ahora todo ha de ir necesariamente a peor.
Todo empezó el domingo pasado, cuando mi hermana me dio un “vale por un tratamiento facial”, cortesía de Bulgari... Y como yo soy muy de la cosa gratis, concerté mi cita y p’allá que me fui. Eso sí, mandé a madre primero para que me contase de qué iba aquello (los datos que me dio fueron un tanto confusos “a mí me han dado un masaje relajante ju-jitsu en la cabeza y luego me han masajeado la cara con cremas durante 45 minutos”. Una vez aclarado que no me iban a poner a hostias las carisísimas cremas, y que a mi madre no le habían aplicado un arte marcial basada en los métodos de batalla de los guerreros japoneses clásicos en el cráneo, ya me he quedado más tranquila... Aunque si entendemos relajación como dejar inconsciente, sirve, supongo).
Se le olvidó darme ciertos detalles, como que la cosa se iba a desarrollar en medio de la planta de perfumería del corte inglés, y que me tenía que quedar con las tetas “al vent”, tapada por una semi transparente sabanita (sí, detrás de unos muretes... Traslúcidos...
Ok.
Vale.
Ya estoy aquí, me dejo y ya está.
Después de tenderme ahí, tapada castamente con mi sabanita (“facial” no viene de cara?? ¿hasta dónde se considera cara? ¿dónde acaba la cara y empieza el resto? ¿para eso sirven los pezones, para delimitar la cara?), asoma la cabeza una chica y me dice “enseguida estoy contigo, guapa”. Y yo, que ya he asumido mi pasivo y humillante papel, asiento amablemente... Y espero... Y espeeeeroooo.... Y me duermo...... Zzzzzz... Y me despierta un toquecito en el hombro que me dice “ay, perdona, se me había olvidado que estabas aquí... Pero vaya, como estàs relajadita no te ha importado, no?”.
NO. Porque mi aficción preferida es ir a dormir la siesta a los grandes almacenes, en olor de multitudes, que si no, no me luce igual... ya se sabe que una siesta sin público es como decepcionante... es como bailar de lejos..
Cuando ya pensaba que todo iba a acabar bien, porque me estaba haciendo un estupendo masaje en la carita, a traición me suelta “oye, ¿y cuántos años tienes?” “33” “huuuy... Pues ya has de empezar a cuidarte la piel, eh?, con alguna antiedad, eh?, que la piel se te empieza a resentir, eh?, con algunas arruguitas, eh?”
Más maja.
Desde mis 33 ajados años le deseo una lenta y dolorosa deshidratación facial.
Desde el cariño, ojo.
Desde el cariño de un ojo.
No diré cuál.
jueves, 30 de julio de 2009
lunes, 27 de julio de 2009
petit plaisir
domingo.
noche.
una suave brisa se cuela por el balcón, con el único propósito aparente de saltar segundos después por la ventana de la cocina.
de camino, como por casualidad, como si no le importase lo más mínimo, acaricia la piel que la escasez textil impuesta por el verano deja al descubierto.
me quedo inmóvil, como por casualidad, como si no me importase lo más mínimo... pero no puedo evitar esbozar una media sonrisa dibujada por el placer al primer roce.
De nuevo, el viento disimula mejor que yo su indiferencia.
noche.
una suave brisa se cuela por el balcón, con el único propósito aparente de saltar segundos después por la ventana de la cocina.
de camino, como por casualidad, como si no le importase lo más mínimo, acaricia la piel que la escasez textil impuesta por el verano deja al descubierto.
me quedo inmóvil, como por casualidad, como si no me importase lo más mínimo... pero no puedo evitar esbozar una media sonrisa dibujada por el placer al primer roce.
De nuevo, el viento disimula mejor que yo su indiferencia.
domingo, 26 de julio de 2009
Santa Yo
Y eso.
Que hoy se conoce que es mi santo.
Ahí lo tenéis: la única santa española que ha ganado Wimbledon, que acompañó con la guitarra a Banderas (incómodo, también...) el la ceremonia de los Oscar©, y que va en un 4x4 de lo más recio.
Ella es así.
Polifacética.
Que hoy se conoce que es mi santo.
Ahí lo tenéis: la única santa española que ha ganado Wimbledon, que acompañó con la guitarra a Banderas (incómodo, también...) el la ceremonia de los Oscar©, y que va en un 4x4 de lo más recio.
Ella es así.
Polifacética.
sábado, 25 de julio de 2009
jueves, 23 de julio de 2009
Cosas que me molestan profundamente (Tomo I) (..porque si tomo II ya se considera doble-dosis)
Pues sí.
Lo reconozco.
Hay cosas que me molestan profundamente, cosas que me sacan de mis casillas (incluso de la segunda residencilla), que hacen aflorar lo peor de mí (no, no hablo de aquella camisa que me hice coser a medida con el cuello modelo "teticas de cabra", no...), y tengo que hacer un gran ejercicio de autocontrol para no agredir a nadie (también debería hacer un gran ejercicio, así, en general... pero de momento paso).
No soporto muchas cosas (debe ser la edad, aunque seguramente haya un umbral de la tolerancia, porque si no no se explica un mayor número de "serial killer" otoñales), pero si algo me pone especialmente nerviosa son los caprichos de la moda secundados por millones de personas que parecen, incluso, contentas.
Por ejemplo: las bailarinas para ir por la calle (las zapatillas, no las personas). ¿POR QUÉ? ¿qué necesidad tiene nadie de sentir cada irregularidad del terreno? y si es así, ¿por qué los TEDAX no las han adoptado para desactivar bombas con los pies? que yo creo que con unos pequeños ajustes incluso puedes llegar a palpar si el cable a cortar es rojo o azul.. y ya llegados a este punto, mejorar el diseño confeccionándolas con piel de clítoris de ballena, para que sean más sensibles, ¿no?
¿por qué triunfó un calzado que crea el indeseable efecto "pierna de cerda" en cualquiera que las lleve?
Otra prenda incomprensible son las sandalias de cuello vuelto de este verano. A ver, si llevo los pies al aire es porque tengo calor en los pies... ¿para qué quiero abrigarme el tobillo? ¿no es síntoma de una extraña enfermedad mortal de necesidad sentir frío en el tobillo mientras el pie arde?
Y ya, el sumum de la perplejidad me sobreviene cuando un año tras otro encuentro entre las prendas veraniegas/invernales (estas ya no se sabe dónde ponerlas) el jerséy de lana de cuello vuelto SIN MANGAS (¿?).
Por favor, que alguien me ilumine porque no consigo entender cuándo he de ponerme esto... ¿qué tipo de clima esquizoide ha de hacer para que un dia salga a la calle y piense "qué suerte que hoy llevo el jerséy de lana sin mangas... menos mal!"?
Y eso.
Estoy condenada al ostracismo fashion.
Lo asumo con estoicismo (que debe ser uno de Estocolmo. De toda la vida).
Lo reconozco.
Hay cosas que me molestan profundamente, cosas que me sacan de mis casillas (incluso de la segunda residencilla), que hacen aflorar lo peor de mí (no, no hablo de aquella camisa que me hice coser a medida con el cuello modelo "teticas de cabra", no...), y tengo que hacer un gran ejercicio de autocontrol para no agredir a nadie (también debería hacer un gran ejercicio, así, en general... pero de momento paso).
No soporto muchas cosas (debe ser la edad, aunque seguramente haya un umbral de la tolerancia, porque si no no se explica un mayor número de "serial killer" otoñales), pero si algo me pone especialmente nerviosa son los caprichos de la moda secundados por millones de personas que parecen, incluso, contentas.
Por ejemplo: las bailarinas para ir por la calle (las zapatillas, no las personas). ¿POR QUÉ? ¿qué necesidad tiene nadie de sentir cada irregularidad del terreno? y si es así, ¿por qué los TEDAX no las han adoptado para desactivar bombas con los pies? que yo creo que con unos pequeños ajustes incluso puedes llegar a palpar si el cable a cortar es rojo o azul.. y ya llegados a este punto, mejorar el diseño confeccionándolas con piel de clítoris de ballena, para que sean más sensibles, ¿no?
¿por qué triunfó un calzado que crea el indeseable efecto "pierna de cerda" en cualquiera que las lleve?
Otra prenda incomprensible son las sandalias de cuello vuelto de este verano. A ver, si llevo los pies al aire es porque tengo calor en los pies... ¿para qué quiero abrigarme el tobillo? ¿no es síntoma de una extraña enfermedad mortal de necesidad sentir frío en el tobillo mientras el pie arde?
Y ya, el sumum de la perplejidad me sobreviene cuando un año tras otro encuentro entre las prendas veraniegas/invernales (estas ya no se sabe dónde ponerlas) el jerséy de lana de cuello vuelto SIN MANGAS (¿?).
Por favor, que alguien me ilumine porque no consigo entender cuándo he de ponerme esto... ¿qué tipo de clima esquizoide ha de hacer para que un dia salga a la calle y piense "qué suerte que hoy llevo el jerséy de lana sin mangas... menos mal!"?
Y eso.
Estoy condenada al ostracismo fashion.
Lo asumo con estoicismo (que debe ser uno de Estocolmo. De toda la vida).
martes, 21 de julio de 2009
Limpieza general (nada particular)
Pues sí, este dia tenía que llegar... yo lo sabía, y he estado preparándome mentalmente para ello (nunca se está lo suficiente, lo sé, lo sé... pero hay que ser valientes!):
Hoy he limpiado y ordenado mi ordenador (que ya aunque sólo fuese por hacer honor a su nombre, podría hacerlo solito...). He hecho caso omiso al Diógenes que llevo dentro y he tirado archivos de antes de que refrescase en la primera glaciación.
Eso sí, recupero con cierto gustico cosas que ignoraba que aún pululasen por ahí, como esta foto de los primeros dias que viví en esta mi casita.
Ahí la dejo.
La visión imperfecta que me ofrece mi terraza.
Mi sitio en el mundo.
viernes, 17 de julio de 2009
¿Hasta qué punto?
¿cuál es la medida? ¿hasta qué punto he de tomarme en serio mi propia vida?
En más ocasiones de las que me gustaría reconocer (y que no lo haré si no es bajo tortura, negaré la invidencia aunque se me pille con las manos en argamasa), casi siempre en el coche -vaya usted a saber por qué... vaya, vaya!-, escuchando alguna canción sensiblera, me he visto llorando como una fontana cualquiera... y unos minutos más tarde me ha dado la risa pensando en cómo se me debe de ver desde afuera (aunque lo más seguro es que, lejos de reirse, seguramente alguien profundamente preocupado llamarían a urgencias psiquiátricas...), y me he visto dando imaginarias explicaciones en los semáforos, con los ojos encharcados, gritando por encima del excesivo volúmen de la radio "QUE DIGO QUE NO PASA NADA... QUE YA ESTOY BIEN... NO, NO, HE DICHO BIEN, NO MIEL!!... ES QUE RAMÓN NO ME QUIERE YA!!... ¿QUE QUÉ MAMÓN?... NOO... O SÍ... QUE DIGO QUE SE LLAMA RAMÓN, DIGO... RAMÓN, RAMÓN..!!... NO, NO LE DIGO A USTED, ES OTRO RAMÓN, A USTED NO LE QUIERO... SÍ, YA... QUE SI LE CONOCIESE LE QUERRÍA.. PERO NO ME DA TIEMPO A MÁS QUE A COGERLE CIERTA SIMPATÍA ANTES DE QUE CAMBIE A VERDE..!!"
Nunca sé dónde poner el límite entre el drama y la comedia, a partir de cuándo me puedo reir, si es mentalmente sano pasar del llanto a la risa, o si debería darle cancha a la tristeza... o al menos tomarme un poquito más en serio mi vida, mis dramas personales e intrasferibles... ¿no? ¿me corto las venas o las hago rubias? ¿mechas? ¿mechas de menos son canas de más? ¿es bueno quedarse con las canas? ¿un calvo saca a otro calvo?
Mientras tomo una decisión al respecto, seguiré pensando que el humor negro bien entendido empieza por uno mismo, que veinte años son 4 lustros (si han comido bien, lustrosos), que más vale pájaro al ast que ciento cagando en mi terraza, que a cojón visto, tortícolis macho... y todas esas cosas, pequeñas o no.
Y eso.
En más ocasiones de las que me gustaría reconocer (y que no lo haré si no es bajo tortura, negaré la invidencia aunque se me pille con las manos en argamasa), casi siempre en el coche -vaya usted a saber por qué... vaya, vaya!-, escuchando alguna canción sensiblera, me he visto llorando como una fontana cualquiera... y unos minutos más tarde me ha dado la risa pensando en cómo se me debe de ver desde afuera (aunque lo más seguro es que, lejos de reirse, seguramente alguien profundamente preocupado llamarían a urgencias psiquiátricas...), y me he visto dando imaginarias explicaciones en los semáforos, con los ojos encharcados, gritando por encima del excesivo volúmen de la radio "QUE DIGO QUE NO PASA NADA... QUE YA ESTOY BIEN... NO, NO, HE DICHO BIEN, NO MIEL!!... ES QUE RAMÓN NO ME QUIERE YA!!... ¿QUE QUÉ MAMÓN?... NOO... O SÍ... QUE DIGO QUE SE LLAMA RAMÓN, DIGO... RAMÓN, RAMÓN..!!... NO, NO LE DIGO A USTED, ES OTRO RAMÓN, A USTED NO LE QUIERO... SÍ, YA... QUE SI LE CONOCIESE LE QUERRÍA.. PERO NO ME DA TIEMPO A MÁS QUE A COGERLE CIERTA SIMPATÍA ANTES DE QUE CAMBIE A VERDE..!!"
Nunca sé dónde poner el límite entre el drama y la comedia, a partir de cuándo me puedo reir, si es mentalmente sano pasar del llanto a la risa, o si debería darle cancha a la tristeza... o al menos tomarme un poquito más en serio mi vida, mis dramas personales e intrasferibles... ¿no? ¿me corto las venas o las hago rubias? ¿mechas? ¿mechas de menos son canas de más? ¿es bueno quedarse con las canas? ¿un calvo saca a otro calvo?
Mientras tomo una decisión al respecto, seguiré pensando que el humor negro bien entendido empieza por uno mismo, que veinte años son 4 lustros (si han comido bien, lustrosos), que más vale pájaro al ast que ciento cagando en mi terraza, que a cojón visto, tortícolis macho... y todas esas cosas, pequeñas o no.
Y eso.
miércoles, 15 de julio de 2009
hoy.
lunes, 13 de julio de 2009
... Que 2 años son nada...
Queridos todos (unos más que otros, que no soy tan promiscua),
hace casi dos años que escribí las primeras líneas en esta pantallita, pensando que lo más seguro es que fuesen las únicas... y las segundas siguieron a las primeras de forma más o menos regular hasta el dia de hoy.
En dos años he cambiado de vida, de profesión (varias veces), de casa, la piel del corazón, sigo tratando de aprender a ser paciente en un curso acelerado para los que no sabemos esperar, he conocido a unos y he desconocido a otros... he cerrado puertas y he saltado por ventanas, he sido inmensamente feliz, me he reído, he llorado, he dicho de todo sin decir ni mu y me lo han dicho todo con un beso.
O dos.
O 33.
No sabría hacerlo de otra forma.
No querría hacerlo de otra forma.
Sumo y sigo siguiendo.
hace casi dos años que escribí las primeras líneas en esta pantallita, pensando que lo más seguro es que fuesen las únicas... y las segundas siguieron a las primeras de forma más o menos regular hasta el dia de hoy.
En dos años he cambiado de vida, de profesión (varias veces), de casa, la piel del corazón, sigo tratando de aprender a ser paciente en un curso acelerado para los que no sabemos esperar, he conocido a unos y he desconocido a otros... he cerrado puertas y he saltado por ventanas, he sido inmensamente feliz, me he reído, he llorado, he dicho de todo sin decir ni mu y me lo han dicho todo con un beso.
O dos.
O 33.
No sabría hacerlo de otra forma.
No querría hacerlo de otra forma.
Sumo y sigo siguiendo.
domingo, 12 de julio de 2009
sábado, 11 de julio de 2009
martes, 7 de julio de 2009
.-)
Y cuando piensas que lo sabes todo, va y resulta que no sabes nada de la vida.
Que no sabías que la serie 5 de los Gormiti sólo se venden en Italia y en Ubeda, que los cangrejos pequeñitos hay que devolverlos al agua para que sigan creciendo, pongan huevos y se conviertan en gambas "de las del domingo", que los virus son gordos como Panchita, que si cavas lo suficientemente hondo en la playa llegas al "infienno de vulcano", que si le das un beso al raspón de la rodilla, automáticamente se cura, que para bucear es imprescindible taparse las orejas, que si te digo que te quiero, te quiero y punto... y que si me das la mano, nada malo puede pasarme.
Así son ellos.
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