Nací un 16 de Febrero de 1976... Bueno, "un 16 de Febrero"... no; nací en el único 16 de Febrero que tuvo ese año. Ni más ni menos. Ese dia era número uno en la radio "50 ways to leave a woman", lo cual en aquel momento no me parecería un dato importante para recordar más tarde (me da que aquel día pocas cosas me lo parecieron... es lo que pasa si acabas de nacer. Caprichos de la naturaleza), pero que ahora cínicamente cobra sentido. Supongo que tendría que seguir por mi infancia, pasar por la casi siempre traumática adolescencia... Aburrido. Me lo voy a saltar. Lo saltaré todo hasta el momento en que te conocí. Tú ni siquiera me viste, pero yo supe de inmediato que ibas a ser importante para mí. Pasó mucho tiempo hasta que volvimos a encontrarnos. Creo que fueron 2 años en los que no pensé en tí. Nada. Ni por un momento. Es lo último que recuerdo de mi vida antes de volver a encontrarte. No recuerdo cómo se sentía antes de ti. A partir de ahí te hiciste el dueño de mi vida, quizás sin quererlo, o sin saberlo, pero a partir de ese momento yo ya no haría nada sin pensar en ti. Sabía que no podía salir bien, que no me podía permitir el lujo de enamorarme, pero mi subconsciente tiraba de mí hacia el abismo, y cada vez que intentaba apartarte de mi lado notaba el tacto de tu piel, tu olor, tus ojos clavados en mí, que me decían todo lo que tú callabas. Sabía que me querías, no podías no quererme... de la misma manera que sabía que no la dejarías a ella por dejarte llevar a mi lado. Pero lo que no imaginaba es que acabarías por alejarte mí. Ahora intento recordar cómo se siente sin tenerte cerca, sin que seas el testigo casi siempre mudo de mi vida. Recuerdo la primera vez que intenté montar en mi bicicleta sin las ruedecitas de atrás. Recuerdo la inseguridad, el pensar que no era posible que aquello se mantuviese de pie, que no me llevase irremediablemente hasta el suelo. Cada metro que recorría sin caer era un milagro.
Intentaré vivir sin ti, pero no me pidas que no te eche de menos. Mi mala memoria se ha empeñado en hacerme pensar que no ha habido una época mejor que los últimos siete años en los que mi bicicleta ha llevado tus ruedecitas.
miércoles, 2 de julio de 2008
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