jueves, 10 de julio de 2008
licencia para pinchar.
He pinchado a Panchita. Sí. Yo. No sé si estar o no orgullosa (me dan aprensión las agujas -médicamente esto se debe llamar aprensuja, supongo), pero Pinchita necesitaba ser panchitada, y ahí estaba yo, como una yonki del bien, la Amy Winehouse de la curación, la Sid Vicious de la fraternidad, la House de las chinchillas gigantes, buscando vena como un sabueso busca presa.
He panchido a Pinchita. Sí. Soy osada (la osada menor de dos hermanas osas)(hermanosas). Soy guay.
Pancha creo que no piensa lo mismo, desde el otro lado de la habitación.
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