sábado, 31 de enero de 2009

Super nanny poppins


Yo me imaginaba que a estas alturas de mi vida, si no había sido bendecida con un marido y un par de hermosos retoños sería porque entre polvo y polvo no me quedaba tiempo más que para descorchar otra botella de vino, servirlo sobre el ombligo del hombre solícito de turno, y brindar por la cándida adolescencia.
De verdad, no sé qué ha pasado... ni dónde están los ombligos que soñé, ni por qué no utilizo copas para el vino, con lo incómodos que son los ombligos..
En lugar de eso, hoy cuido de los retoños de mi hermana (que sí... que los quiero un montón, que son muy monos... todo eso... pero yo en la distancia los veo mejor. Se llama hipermetropía a lo mío), mientras mi perra ronca a mis pies y todos tienen plan menos yo.
Ya he hecho tartas, pintado un cuaderno entero, he hecho el árbol genealógico de toda la fauna del pleistoceno, y contado hasta el infinito dos veces...
En algún momento todo se torció.
Por favor, quiero que me devuelvan, si es posible, a los hombres de fácil desnudar que por derecho me corresponden. Ha debido de haber algún error en el reparto.
No tomaré represalias si se me devuelve mi superficial vida en un plazo de 24 horas de 60 minutos cada una.
Gracias.
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