viernes, 25 de abril de 2008

¡Viva el Power-house, donde quiera que viva!


Hace unos meses, viendo tristemente que la imagen que me devolvía (más bien me la vomitaba, pero bueno...) el espejo distaba más de lo que me gusta admitir de la de Elle MacPherson (incluso ahora, a su edad... Ay!), decidí apuntarme al gimnasio. Pero no a un gimnasio cualquiera, nooo... Yo tenía que apuntarme a El Gimnasio. Así, a lo grande, hala... Será por dinero!
En mi gimnasio todo el mundo es de color Zaplana, y, al parecer, debe de existir una tarifa más cara (si cabe) que la mía en la que te regalan las tetas, te tiñen de rubia y por un poquito más, la nariz de Paloma San Basilio (la de "juuuntos, café para dos, fumando un cigarrillo a medias... -tacaña- Y otros grandes hitos musicales).
Superado el shock inicial, me integré en ese mar de recauchutadas recién salidas de la unidad de grandes quemados como buenamente pude, y me apunté, haciendo un gesto de valentía nunca antes visto en mí, en lo más de lo más: La Clase de Pilates. Ahí es nada...
He descubierto que mi flexibilidad se corresponde con la de un octogenario en malas condiciones, que mi "power-house" es de todos menos power, que la "zambullida del cisne", ejecutada (y nunca mejor dicho...) por mí, se convierte en "el desplome del pato salvaje abatido por un cazador borracho", para desolación de mi pobre profesora argentina, que al grito de "venga, retemos a nuestro power-house!" (que no se da cuenta de que yo ya lo reté... Y perdí), se encuentra ante la penosa visión de un personaje de DESPERTARES cuando la medicación deja de hacerle efecto.
Me consuela no ser la única... Me acompañan Carlota y Lina, que también han perdido el Power de camino a su House.
Ay.
Ay.
Y el puñetero espejo que sigue sin encontrarme parecido a Elle...

El Unibeso gira a mi alrededor

Tengo un problema que me provoca con relativa frecuencia situaciones extrañas. Admito que es mi culpa...
No sé a cuánta gente conozco. Mi cerebro borra constantemente datos de la gente con la que me he relacionado (en mayor o menor medida) en mi vida, pero va dejando restos desconcertantes.
Bueno, corto el rollo.
Ayer me encontraba yo recostada tranquilamente en el sofá, descansando la vista (yo soy como mi padre, que jamás admitiría que duerme la siesta... él "descansa la vista". En la cama y con pijama, que la vista se encuentra más cómoda), cuando sonó mi teléfono. Reproduzco la conversación:

YO: ¿siii?
ÉL: ¡Hola Ana! (contento)Soy Jaime... Ya soy ingenieeero..!
YO: (no me suena nada la voz, no recuerdo ningún Jaime que estuviese estudiando -si tiene mi edad, es MUY mal estudiante... o que le tenía manía la seño...-, pero igual es que ahora no caigo. Lo correcto sería decir "¿qué Jaime"... pero claro, eso sería lo lógico...)
YO: ¡Hola Jaime (efusiva)!, qué bien, no? ¡enhorabuena! (quizás tenga suerte y él me dé pistas...)
ÉL: Pues si... y me he graduado Cum Laude, con Matrícula de honor! (ya puedes, ya, gandul... que si tienes mi edad, llevas 14 años para sacarte una carrera de 5! Espero que por el camino, hayas descubierto algo vital para la humanidad, por lo menos)
YO: (ya metida en el papel, y dispuesta a hacerme amiga de este tio, que, definitivamente, no conozco de nada) ¡jo, qué fuerte!
EL: (silencio) (...más silencio) CLICK! (cuelga)

Pero bueno... ¿qué se ha creído este (Jaime)? O sea, que me despierta de la siesta para contarme que es un patata como estudiante un Jaime al que no recuerdo, y yo, que soy educada y le felicito y le sigo el juego, acabo sin ser invitada, al menos, a la fiesta de celebración... Y ME CUELGA? ¿PERO ESTO QUÉ ES?
Así es quedecido olvidar el episodio, y ya que estoy despejada, me pongo a trabajar... pero casi al momento me llega un mensaje al móvil. Es Jaime (¿?), que se disculpa porque pensaba que estaba hablando con su hermana, y no "con esa chica de hace años"... que debo ser yo. O sea, que nos conocemos...
Pero yo sigo sin saber quién narices es él... así es que le envío otro mensaje para que, de una vez, me dé pistas de quién es él. Recibo lo siguiente: "Jaime, Barcelona, Bukowski, La Fusa, cena...". La madre que lo parió! le faltó darme la pista fundamental: "beso a traición!"
Con este tio tuve una... digamosle... cita a ciegas, hace como 6 años, cuando yo vivía en Barcelona. Quedamos, pero cuando yo ya lo tenía a la vista (aunque estaba lejos aún), me dí cuenta de que no me gustaba EN ABSOLUTO. Nada... así es que decidí darme la vuelta y huir (ya que habíamos quedado para cenar, me esperaba un tonteo estéril). Pero él ya me había visto, y agitaba efusivamente los brazos. Vale, Ana, estás perdida. Has de dar la cara...
Cuando nos encontramos, antes de que yo pueda decir una sola palabra, él me suelta una perorata atropelladamente: "MIra, yo es que estoy super nerviso... vamos a hacer una cosa: como YO SÉ QUE TE GUSTO (aaaaaaahrg! gran error!!!!!), y tú a mí me gustas mucho... para no estar toda la noche esperando este momento, te voy a besar ahora y así no estamos nerviosos porque lo que queremos los dos ya ha pasado..."
Acto seguido me encuentro con sus labios pegados a los míos... en fin.
Fuimos a cenar, pero el shock no me dejaba articular palabra. Sólo podía pensar "cómo le digo yo a este tio que no me gusta nada!!"... y para ganar un poco de confianza, mientras él hablaba toooodo el rato, yo bebía, esperando reunir el valor suficiente para decirle "bira... Jaibe... es que be he dabdo cuenda de que no be abetece tener nada bás contigo...". Pero el traicionero alcohol, lo que provocó fué que, al cabo de una botella de vino, a mi me diese igual todo... Ancha es Castilla!!
Él, equivocadamente, al dia siguiente pensó que tenía una relación incipiente conmigo... y no supo entender el por qué yo jamás le volví a coger el teléfono... hasta ayer.
Hola, pasado raro!
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