jueves, 29 de julio de 2010

La mamma (que le parió)

Queridos todos,
Llevo meses, quizás algún año que otro, sufriendo más o menos estoicamente el que mis allegados, presos de una fiebre reproductora que aún no me ha atacado con violencia a mí, se hayan lanzado sin red al mundo de la crianza sin control: Alguien les ha debido de hacer llegar el bulo de que nos extinguimos irremisiblemente, y se han puesto manos a la obra.
Yo soy más del rollo "quiero que la especie acabe conmigo"... o eso, o mi reloj biológico atrasa. Algo pasa, pero aún no le veo la ventaja a eso de crear un "miniyo", ni me veo pronunciando aquello de "es-la-mejor-experiencia-de-mi-vida-soy-tan-feliz-que-lloraría-ahora-mismo-y-lo-voy-a-hacer", que parece que al sacar la placenta queda suelta en el aire y se fija a fuego en la mente de los padres allí presentes (eso explicaría que los ausentes pasen del tema...).
También están las madres que, tras un embarazo angustioso, pesado, de vomitonas, tobillos como tuberías bajantes, insomnio, subidas y bajadas hormonales y de hemorroides, una vez paridas te sueltan con todo el aplomo del mundo "yo estaría embarazada siempre, MEENCANTÓ". O sea, que te quejabas para que el resto no te envidiásemos. Filantropía en estado puro.
Supongo que todas esas frases te las dan escritas en el hospital para que las repitas cada vez que sumas 72 horas sin dormir, como un mantra, cuando sales del hospital con un ser en los brazos que grita histéricamente el 80% del tiempo, y dedica el 20% restante a cagar...
Eso sí, monísimos (en foto).
Las madres de ahora ya no son como las de antes; ya nadie pare en su puesto de trabajo, en su telar o tras su puesto en la lonja del pescado, y ahora todas están interconectadas gracias a las nuevas tecnologías. Ves cómo las que fueron tus amigas son abducidas por una extraña secta; se han convertido por obra y gracia de la maternidad en expertas conocedoras de las diferentes corrientes de opinión que existen (y os aseguro que existen muchas) acerca de la conveniencia o no de un tipo u otro de body. Hay foros dedicados a los temas más dispares, como "¿bodys con corchetes o velcro? las grandes preguntas de la humanidad" "la bañerita, ¿tu aliada o tu enemiga?", "el cojín de lactancia, ese gran desconocido", "señoras que preparan el cocido con el método Milton", "¿es conveniente seguir dando de mamar a nuestro bebé pasada la adolescencia?".
De repente, su sistema métrico del tiempo cambia, y pasan a hablar en un extraño e incomprensible idioma: miden todo en semanas, te dicen de quedar "entre toma y toma" (y esta vez no se refieren a nada mínimamente pornográfico), su léxico se enriquece con términos extraños como "meconio", "calostros" y otras lindezas que te obligan a llevar un vademécum cada vez que quedáis...
Los temas que hace nada le interesaban pasan a un quinto o sexto plano, y tu vida disoluta de soltera irreproducida le parece algo carente de sentido e interés.
Cuando las criaturas ya son casi humanas, al menos en apariencia, empiezan los verdaderos problemas. ¿Somos unos padres modernos y permisivos que criamos en semi-libertad a nuestros herederos, o es mejor cierta disciplina para tratar de educar al equivalente a una cabra jóven epiléptica que nos ha tocado en suerte?
De verdad, no veo el momento de dejarme fecundar.
Juro que NO LO VEO.
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