lunes, 22 de junio de 2009
Por los pelos
¿Os pasa, que cuando carecéis de algo parece que el resto del mundo tiene lo que a tí te falta?: ¿que lo estás pasando mal por amor? el resto del mundo se quiere mogollón delante de tus narices, encima de tí si puede ser, golpeándote con enormes corazones de peluche; te encuentras de repente por la calle apartando parejas que se besan apasionadamente (algunas aprisionadamente)...y si puedes apartarlas contra un coche que se acerca a gran velocidad, mucho mejor; encuentras pétalos de rosa y rastros de azúcar que van dejando a su paso... sólo por hacer daño. Porque otra razón no hay.
Hace unas semanas tuve a bien, en un arranque de optimismo, darle a bienvenida al buen tiempo cortándome "UN POQUITO, NO TE PASES...SÓLO DESPÉJAME UN POCO LA NUCA, PERO DE DELANTE LO DEJAS COMO ESTÁ" (¿estaba claro, no? PUES NO) mi hermosa y calurosa melena.
Yo, de verdad, aún no sé qué narices le he hecho al peluquero pero ha debido de ser muy gordo (rollo matar a su padre o similar). Mi hermosa (y ahora ausente) melena se convirtió en menos de 15 minutos en un despropósito capilar. Un capilósito. Despopilar. En Auschwitz se tomaban más molestias en dejarlo bien, al menos igualadito... y además gratis.
Total, que mi pelo quedó de la longitud correcta, pero francamente desastroso... lo que no me dejó más remedio que acudir de nuevo a la pelu (a otra, que yo sólo tropiezo dos veces con la misma piedra en otro tipo de cuestiones. Eso sí, si puede ser con chanclas y a la carrera. Yo soy así, de natural obcecada).
El resultado es un cruce capilar entre Colón y Anton (el de no es país para viejos... ni para peluqueros), pasando cerca de Don Mendo, con venganza incluída.
Así es que ahora cuando salgo por la calle, aparte de las dichosas parejas felices, me encuentro con hordas de melenas pre-seleccionadas como Miss Pelo-Pantene 2009/10, agitando sus largos cabellos a cámara lenta delante de mis narices, brillantes como un setter irlandés recién lavado con champú de almendras amargas, hidratadas por los ángeles y supervisados por Mimosín...
Sólo me queda desearles con fuerza que se les abran las puntas.
Las del pelo.
Porque si yo no luzco melena, aquí no la luce ni dios (y mira que en todas las fotos sale con pelazo...)
(Maldición hit-ana)
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