ay, cómo siento que se hayan acabado las put... perdón, las preciosas fallas. Con su centro -cada vez más ampliado- cortado al tráfico, con las deflagraciones que nunca amputarán tantos miembros (ajenos) como a mí me gustaría -sobre todo al majete que se divierte bajo mi balcón con sus simpáticos petardos de goma-2 a las 4 de la mañana-, al olor de aceite requemado que trata de freir el equivalente al peso de la población mundial en buñuelos y churros... y que luego ha sido meado y vomitado por cada rincón de nuestra pegajosa ciudad... ay, cuántos recuerdos bonitos.
Y este año, para que la felicidad fuese completa... en fallas también era semana santa!!
Lo que siento de veras es que no haya sido este año el que el Papa de Roma (que por la puerta asoma... que si no lo digo, reviento) haya tenido a bien venir a visitarnos, con lo que disfrutamos el año pasado con nuestros 8.000 wc portátiles que nos plantaron por todas partes!! (y lo bien que hubiesen venido estas fallas, que sólo han colocado 200 y han venido casi 2 millones de borrachos a mear por todas partes)
Hubiese sido precioso.
Como para ir al catastro(fe) y borrarse. O al padrón (el de los pimientos traicioneros).
Suerte que existe la horchata para sobrellevar todo esto...
Ay.
Ay.
*Si en el futuro os tenéis que dirigir a mi persona (mi persona soy yo misma, no es que me haya comprado a una persona, que eso ya no se puede), vocalizad. Mucho. La mascletá es lo que tiene.
**¿el infarto de miocardio ajeno es infarto de suyocardio? (ay, mira, me ha venido ahora al pensamiento esto, oye...)
