sábado, 30 de enero de 2010

Algo pasa.

Paso 1.
Siempre me ha provocado curiosidad saber cuánta gente (hordas... millares de personas que se agolpan a las puertas del Sr. Www) tiene a bien perder unos minutos de su tiempo para leer las palabras, animales o cosas que junto yo en el mío. Hasta hace poco, mi ciberlelitud me lo había negado con una sonora carcajada.

Paso 2.
Descubro que no es taaan difícil, y consigo instalar uno de esos indicadores que te dicen cómo llega la gente a tu blog. Bien. Mi curiosidad empieza a saciarse.

Paso 3.
Con alegría y sorpresa, compruebo que mis lectores van mucho más allá de mis expectativas... y de repente descubro que en México, Argentina, Colombia, Estados Unidos, Brasil, Croacia, etc.. se me sigue con fervor (esto último es de mi cosecha; ignoro el fervor, pero me gusta imaginándomelos así. Cada uno es feliz a su manera, y yo no hago daño a nadie).

Paso 4.
Miro un poco más... y veo que el 90% de las entradas que me llegan desde Sudamérica lo hacen a través de un buscador... al tratar de encontrar información acerca del trepidante tema "hombres con pechos de mujer".

Paso 5.
Tras el estupor inicial, y la inquietud que me provoca este fenómeno tan extendido por el continente americano (el agua, debe de ser el agua, sin duda...), llego a la conclusión de que nunca podré tener una relación con ningún ejemplar de la zona sur del continente americano porque no soportaría que mi novio tuviese más pecho que yo.
Y a mí, operarme, no me apetece lo más mínimo.
Ni siquiera lo más minino, mira lo que te digo.

(Ahora, también es como raro que al poner "hombres con pechos" en el buscador salga mi blog... No sé, me lo haré mirar)
(Ahora vuelvo. Voy a inquietarme).
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