domingo, 11 de abril de 2010

Madera de Sabina.

">
Me reconcilio, años después, con Joaquín.
Eso sí, sólo diré que le quiero si es a punta de navaja..

De carreteras y de mantas.

Salitre, carreteras sin manta, medusas selectivas, pelotas rojas, colchonetas que, ineludiblemente, jamás aguantan un verano completo, besos salados, charlas robadas (o al revés), olor a romero, sal que tensa la piel dorada, canciones que se pegan al oído interno y que no dejan más remedio que tratar de ser expulsadas a gritos, a la más mínima provocación, azules imposibles...
Ruedo a dos ruedas por los paisajes de mi infancia, esta vez de confiada copiloto, dejando que el sol me sonroje a traición las mejillas.
Paso del escenario playero del primer beso al de mis últimas vacaciones, trazando una línea discontínua que recorre gran parte del abrupto litoral de mi vida.
Mis mejores recuerdos saben a sal.
Y, de nuevo, sale el sol por el este.
(Ya era hora)
Related Posts with Thumbnails