Hoy he ido a buscarte. Estabas allí, esperándome, como siempre.
Has querido parecer indiferente, querías hacerme sentir culpable, quizás...
He tenido un momento de duda. ¿Qué pasará si, después de un mes, te has olvidado de mí? ¿Cómo encajar que no quieras acceder a mis deseos, que ya no me quieras...?
Sería comprensible.
Perfectamente comprensible... Pero tras una leve mirada, una media sonrisa que no podía esconder tu alegría por verme, se han despejado todas mis dudas.
Todo seguía igual.
Nada había cambiado.
Ni siquiera el invierno ha podido alejarte de mí... siempre vuelvo.
Te he llevado a la playa para dibujarte una sonrisa de nuevo.
Una de las grandes, para que duerma contigo en tu pequeña plaza de garaje (en casa, todo está a escala, ya lo sabes..).
Y, de paso, me he traído una para mí (ya que estaba..).
Tenemos mucho tiempo para disfrutar.
Ya verás como ha merecido la pena.
Mi vespa y yo seguimos queriéndonos como el primer dia... aunque le haya costado un poquito arrancar (comprensible, por otra parte..)
La primavera es lo que tiene, que atrae a los bichos.
