Venga, va, lo admito: No sólo veo programas basura en la tele, también disfruto con ellos. Considero que son los mejores programas de humor que pueden verse.
Me entusiasma especialmente el momento en el que cortan la acción que sea (un drama intenso, un momento de sinceridad, una señora mayor llorando, un tipo que acaba de descubrir que la tronista que "le flipa" se acaba de "dar el filete" con el porno-star de turno (de verdad, ignoraba que fuese un gremio tan extendido)... Lo que sea. Sabes que en cualquier momento, y con calzador, la presentadora va a introducir discretamente una cuña publicitaria "¿y sabes qué puede venirte bien para el disgusto, Ramón? ¿sabes cómo puedes olvidar el vídeo que acabas de ver en el que Sonia ha tenido tres orgasmos con Pablo? Pues esto se te pasa con un caqui Pérsimon! y ahora vamos a bailar!".
Yo me he quedado con la copla, y desde hace un mes llevo dos caquis de la variedad Pérsimon en el bolso, para limar asperezas.
Ya los he ofrecido dos veces, una vez desde el coche y otra enmedio de una agria disputa callejera, y me han dado ideas buenísimas para hacer con la fruta.
La gente, siempre ayudando.
Voy a bailar.
viernes, 9 de diciembre de 2011
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