Anoche, como de costumbre, dejé que la tele me atontase hasta la inconsciencia en mi sofá. Al cabo de un tiempo que no sabría precisar, abrí de nuevo un poquito los ojos (lo suficiente para meterme sin tropezar en la cama), y en ese momento algo me desveló (poderosamente, por supuesto): en la tele estaban dando un documental que se llamaba HOMBRES CON PECHOS. Claro, tuve que abrir el resto de ojos (cochinos, los de la caraaa!) para ver qué era aquello... ¿transexuales? ¿tios que se ponían tetas para tenerlas siempre a mano (cosas más raras se han visto, oiga..)? ¿...?
Pues no. Decepción. Simplemente (¿¿¿simplemente???) eran hombres a los que, por algún tipo de desequilibrio les habían crecido pechos de mujer. Pechos feotes, caídos. Porque ya que te crecen, podrían haber sido bonitos... Super desconcertante.
Pero más deconcertante fué comprobar el documental que hacían a continuación (esto os juro que es verdad...): PECHOS PEQUEÑOS.
A ver. Un momento... ¿es coña, no? ¿se trata de un plan maquiavélico para hundir a las mujeres? O sea, que primero nos envían el mensaje de "ojo, que vuestra arma principal de seducción masiva para la dominación también nos crece espontáneamente ahora a nosotros...", y luego intentan acomplejarnos con otro mensaje "...y las nuestras son más gordas!"
Suerte que después no soñé con mi adorado Clooney con suje de La Perla. No podría soportar que llevase ropa interior más bonita que la mía.
Eso nunca.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)