lunes, 1 de diciembre de 2008
Los oficios del amor
Pues sí.
Esto es lo que le faltaba a mi ya de por sí calenturienta imaginación: El horno sexi.
Este es mi horno preferido, en el que hercúleos horneros en taparrabos (claro, por el calor...) amasan el pan (igual sanidad tenía algo que objetar al respecto...). Sí, señor!
Cada vez que voy, hago tiempo... dejo pasar a todas las señoras delante de mí, para ver si mientras tanto alguno de Ellos, apolíneos horneros de Esparta, tiene a bien subir una hogaza de esa guisa, y yo ya me podría morir tranquila.
Hércules amasa el pan que yo me como cada dia. Esas manazas, armas de matar en otros cuerpos, se afanan en echar la cantidad justa de azucar glass, enrollan cada croissant que yo, gustosa, sumerjo en mi café con leche, pensando en quien unas horas antes le daba forma.
Así somos en Valencia, queridos.
Así amasamos.
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