jueves, 27 de diciembre de 2007

Dudo, luego insisto


Anoche me asaltó una duda (pero no de la misma manera que asaltaron a Jose Luis Moreno -¿dónde estaba Monchito cuando se le necesita?-, qué dolor...): Cuando le das la mano a alguien... no sé, pongamos que estás sentada al lado de alguien a quien hace mucho que no ves, y movida por querer mostrar cariño, le coges la manita... ¿¿¿cuando deja de ser descortés el soltársela??? porque llega un momento en que querrías recoger tu miembro, pero ninguno de los dos quiere ser el primero.
en fin, esa y otras dudas relacionadas con la dosificación del cariño me quitan el sueño.
En mi casa siempre nos hemos limitado a los besos en las mejillas, pero de un tiempo a esta parte la gente me abraza (POR FAVOR, SI TODOS MENOS YO SABÉIS QUE VOY A MORIR EN BREVE Y POR ESO ME ABRAZÁIS... DEJAD DE HACERLO!), y yo no sé qué hacer, porque sólo me abrazo por iniciativa propia en otro tipo de demostraciones de afecto, y casi siempre sin ropa.
¿qué hay que hacer? ¿un abrazo constrictivo seco y luego soltar como el que se deshace de una carga? ¿un abrazo prolongado que baja de intensidad poco a poco? ¿seco y con dos efusivas palmadas en la espalda ajena? ¿...? ¿hay que frotar la espalda del otro como si tuviese frío, aunque sea verano?
dios, soy una minusválida emocional...
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