Amanece ocioso un dia más.
Silencio total pintado sobre cielo azul cielo.
Por ser domingo, me permito vaguear por casa un rato más de lo acordado.
Por ser domingo, me pierdo en la vaguedad de mis recuerdos y me dejo acariciar la espalda un ratito más de lo que sería recomendable... pero me guardaré el secreto.
Cada domingo me permito pasarte sigilosamente la mano por el pelo.
Y en mi recuerdo vuelvo a ver cómo se te eriza la piel de la nuca.
Un domingo más lo celebro con un copioso desayuno al sol y una media sonrisa mientras, de fondo, despacio, empieza a colarse la realidad.
Y la sonrisa se completa.
Me gustan mis domingos.
domingo, 13 de junio de 2010
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