martes, 6 de mayo de 2008

He visto la luz

Hoy, queridos, por fin puedo afirmar que soy una mujer completa. Me ha sido revelada La Verdad (así, a lo loco). Hoy ya sé cuál es el secreto de la Extrema Feminidad.
Sí, yo lo sé. Y lo pienso compartir, porque quiero que todas vosotras, amigas, podáis gozar conmigo de este descubrimiento (DE ESTE DESCUBRIMIENTO he dicho... no gozar sin más, ojo).
Queridas, preparaos porque no es fácil: todo radica en flexionar el brazo unos 90º (centígrados, que si lo flexionáis en Fahrenheit -¿¿dónde narices lleva las haches??-, os podéis hacer daño y vuestra feminidad se verá perjudicada), dejar la mano laxa, con la palma hacia arriba, como si de un momento a otro fuese a llover dinero pero tú sólo quisieses coger un poquito (porque no lo necesitas... porque eso llueve para la chusma), o en su defecto con el puño cerrado, pero siempre hacia arriba (como si de ese dinero que ya ha llovido, tú hubieses pillado un billete de 500€, pero no te importa demasiado). Del ángulo conseguido, cuelga un bolsón gigante (da lo mismo que sólo hayas salido por 5 minutos. En ese bolso te ha de caber la vida y varios cadáveres) como si te hubiesen sacado sangre -has de mantener la postura y poner cara de que no pesa (rellénalo de algodón al principio, hasta que le cojas el tranquillo y desarrolles un brazo como el de Nadal). Ahora, ponte unos taconazos, un vaquero "casual" y unos gafones enormes, y hala, a disfrutar!!
por supuesto, los taconazos te generarán un dolor que te facilitará mucho la cara de "me importa una mierda todo", imprescindible para nuestra feminidad.
Dios, sé tantas cosas... que a veces me asusto.
Ana. Esa mujer.

Confesiones II (el regreso)


Esto de confesar atrocidades personales es como el tuning... nunca sabes dónde parar (de esto doy fe. Mi vespa está más tuneada que las de quadrophenia... y porque no tengo más dinero...)!
Hoy confesaré, también, que Risto me pone tontorrona (por decirlo finamente... porque lo que me pone es ultra burra). Sí, no me gustan los tios simpáticos. No me gustan los que te hacen la vida fácil, los que te cojen de la manita por la calle (esto último me da un calor horroroso... y mi impulso es empujarlos a la calzada cuando pasa un coche rápido -no lo suelo hacer, pero una vocecita dentro de mí me lo ordena. Poderosamente, por supuesto-), los que te miran embobados, como lobotomizados por mi belleza incuestionable... En fin, que coincido con Fernán-gómez (qué grande era/es) en mi gusto por la gente insociable, políticamente incorrecta, controvertida, los corrosivos, los que te acaban sacando de quicio, de tus casillas y de tus hotelillos del monopoly... Será que tengo una venita masoca (bueno, una arteria masoca, igual), será que me va la marcha... será que no quiero cometer un crimen del que luego me arrepienta (o no, pero que igualmente me llevaría al trullo, y ahí no hay wi-fi), será por lo que sea, estoy destinada a enamorarme una y otra vez del equivalente masculino a la sosa cáustica.
Aysh... es que son tan monos...(juro que me lo haré mirar, de verdad. De la buena ("mira qué verdad llevo hoy... fresquita... que la tengo vivaaa!") (¿?)
(eso sí, abstenerse de apagarme cigarrillos en la espalda, que tengo la piel muy sensible, y además me molesta el humo. Horrores)
(Horrores... bonito nombre)
(Maria Horrores Pradera)

Confesiones

Sí, lo confieso (esto no es fácil... Pero es necesario. Venga. Vamos...): Yo veo el diario de Patricia. Aaaaaaah!! ¡qué descanso, ya me lo he quitado de encima!
Lamento desilusionar a los que pensabais que en las horas muertas yo cultivaba mi espíritu leyendo poesía medieval (ya podéis retirar mi segura candidatura a la academia de la lengua, y para las academias del resto del cuerpo...). Simplemente me dejo llevar por la espiral de historias trepidantes que la gente tiene a bien ir a airear a la tele. Ayer salió una mujer (lo vi mientras caminaba a 6.5 kilómetros por hora en mi gimnasio donde la gente suda chanel) que había arreglado una cita a ciegas para su madre (a la cuál se supone que quiere...) con un tipo al que una amiga le ha descrito como "feo, hortera y bajito". Quizás no quiso decir por pudor en público la segunda parte de la frase, donde habla de sus virtudes: "...pero tiene un pene de 30cm. que baila claqué!", porque no se entiende que tú, para tu madre, quieras a este dechado de virtudes...
El otro dia acudió a contarle a la presentadora (que se debe de despertar en mitad de la noche con sudores fríos, porque esto te ha de acabar por afectar...) una mujer que su hermana, de un año a esta parte, ya no tenía sitio en su casa para ella cuando esta quería ir a visitarla, que le ponía excusas tontas... Chica, no te esfuerces, que ya te lo digo yo sin ir a la tele: TU HERMANA NO QUIERE QUE VAYAS A SU CASA! ¡BUSCA UN HOTELITO BARATO, MUJER! (igual la hermana en el último año ha adquirido nuevos hábitos sexuales a los que no quiere renunciar por culpa de las siempre inoportunas visitas -es difícil borrar de la retina a tu cuñado con una capucha de cuero y una pelota de goma con correa en la boca... preguntándote si el café lo quieres con o sin leche-).
Gracias, Patricia, porque viendo esto me doy cuenta de lo bien que estoy yo... si hasta mi hermana quiere que vaya a su casa!
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