A las persas, que las carga el diablo. O igual es la persadilla que se muerde la corla... En cualquier caso, es un aviso de que hay que comprar más persadilla, que se ha acabado.
ser uno mismo (¿qué es eso?). estar donde tu cuerpo habite (no sé dónde está la ventanilla en la que se solicita el don de la ubicuidad). parecer lo que se espera de nosotros.