viernes, 15 de enero de 2010

Cortar por la línea de puntos


Instrucciones de uso (sólo en caso de emergencia).

De mi barrio a tu barrio.

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No diré que no (más que nada porque no sé hacerlo).
(Otra de mis canciones preferidas)
(Incluso favoritas)

Conversaciones de café (previo)

-Hola! (dijo ella, alegre)
-Hey... cuánto tiempo (sorprendido)... ¿qué te trae por aquí? (algo desconcertado)
-Trabajo. Y placer, siempre que sea posible llevar ambas cosas de la mano! (quiere parecer entusiasta) ¿y a tí, qué te trae por aquí? (algo molesta por no percibir el mismo entusiasmo)
-Yo vivo aquí... supongo que lo recuerdas. (irónico)
-Sí. Aunque me está costando bastante olvidarlo. Mi terapeuta no es barata.. (irónica)
-Espero que sea menos cara que mi clínica de desintoxicación. Me ingresé voluntariamente en "Proyecto Mujer"... (trata de ser gracioso).
-Echaba de menos tu sentido del humor (baja la guardia. Sonríe, por fin).
-Yo sigo echando de menos tu sentido del amor... (tierno)
-... (mirada melancólica)
-... (veo tu mirada melancólica y subo dos)
-Oye... ¿y si me invitas a un café en nuestro café? (asomándose al borde del precipicio)
-Siempre y cuando los paréntesis se queden fuera. Así no hay quien oculte nada...! (...)
-Hecho. Busco una farola para dejarlos atados y vuelvo. No quiero que me los roben; los voy a necesitar (...)

Stolen words (part.6)

Instrucciones para llorar

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
(Julio Cortázar)
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