Vuelvo sobre mis pasos
para comprobar, de nuevo,
que no sé caminar hacia atrás,
que las huellas que dejamos
se llenaron del humo
que nadie vendió,
que recalificaron nuestra desolación.
Que seguimos siendo uno y uno.
Y seguimos sin ser dos.
miércoles, 5 de mayo de 2010
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