El glamour y yo

Sí, amigas.
De aquí al verano yo seré una persona glamurosa, rodeada de misterio y con un halo de diva inalcanzable (lo entendí mal y compré un 5º piso sin ascensor... creo que no era eso... ahora, inalcanzable es un rato, sobre todo si eres asmático).
Mi operación "totalmente ideal" ya ha empezado, y poco a poco voy introduciendo en mi aún terrenal existencia lo que serán mis rutinas de diosa del mañana. Ya veréis, ya.
El otro día, y siguiendo las directrices de mi gurusa y sin embargo amiga Ana Milán, me preparé mi habitual baño de microtudes (bañera pequeña, sólo quepo yo..), pero en lugar de hacer un poco de espumita con gel, o echar una vulgar bola de sales (eso es para la chusma..!), que lo puede hacer cualquiera, yo eché sal gorda y un manojo de hierbabuena, recién arrancado con dolor de mi maceta de la cocina. Ahí es nada.
Después coloqué tantas velas como Matusalén en su último cumpleaños, y me metí en la bañera.. en mi infusión gigante, a rezar para que no saliese ardiendo todo.
Una vez dentro ya me sentía algo más diosa... y pensé "qué narices, me falta un copón de algo...". A las 5 de la tarde yo ya me había bebido dentro de la bañera media botella de baileys (el agua hirviendo da sed..).
Os ahorro el resto de mi nebulosa tarde.
Más que nada porque no la recuerdo con claridad...

Nadie dijo que esto fuese a ser fácil, pero yo voy a seguir ahí.
Este verano, o glamurosa o alcohólica.
Una de dos.

Tiembla, Paris Hilton.
(por hacer algo, vaya)
(que si no quieres, no tiembles...)