El dinero tiene el valor de la felicidad que obtengas con él, menos el esfuerzo que hayas tenido que hacer para conseguirlo. Una fórmula sencilla que rara vez operamos.
La vida tiene el valor de las experiencias que seas capaz de robarle, nada más (y nada menos...). Ahorrar en cualquiera de los casos es la peor de las inversiones que podemos hacer, aunque el terror colectivo nos instará a cada momento a que hagamos ambas, amparándose en que la mayoría no puede estar equivocada porque pesan más.
El futuro siempre estará del otro lado de la cerca.
Somos tan imbéciles que nos pasamos media vida tratando de saltarla para acabar descubriendo que al otro lado no hay más que un espejo.
Amén.
lunes, 7 de marzo de 2011
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2 comentarios:
Nunca me había planteado así lo del dinero, pero tienes toda la razón.
Muy bonito lo que has escrito.
Un saludo.
Muchas gracias... y bienvenida!
.-))
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