-Me voy. No trates de retenerme.
-Pensaba que ya te habías ido...
-Conmigo no hace falta que finjas que no te importa.
-No finjo: no me importa. De verdad.
-Esta vez tus artimañas no te servirán de nada. Me voy de verdad. Ya no estoy.
-Que te vaya bonito... ya te lo he dicho.
-No insistas, no me voy a quedar. Asúmelo.
-¿Sigues tomando la leche semidesnatada?
-Sí, claro. ¿Por?
-Compra 6 bricks, entonces.
-No te olvides del café, cariño.
-Te lo apunto.
-Y te quiero por ello.
lunes, 4 de enero de 2010
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9 comentarios:
Una delicia de diálogo. Si lo habremos protagonizado ... tantas veces.
En Babilonia nos ponemos tiernas y muchas veces no cobramos, pero sino fuera así, te juro que juntábamos nuestros billetes y te regálabamos por lo menos el asiento trasero del SAAB (en fin, siempre se nos ocurren espacios así ...).
Nos agendamos tu cumpleaños. Get ready.
.-)))))))
En cuanto lo tenga completo, el primer viaje está asegurado a Babilonia.
Y el asiento trasero para vosotras... of course.
Gracias por formar parte, y por dejarme formar parte.
Un gusto leeros por aquí, y un vicio leeros por allá.
Diálogo de locos cotidianos.
Cotidianeces... ¿hay mayor causa de locura que lo cotidiano?
Pues no, no hay mayor causa de locura. La realidad supera a la ficción siempre, siempre y siempre.
Prefiero la ficción. Me descontrola menos.
una genialidad detrás de otra :)
...y no sabes cómo me gusta que te guste, Bea!
.-)))
Ayer a medianoche supe que Lhasa había muerto, el primer día de este año. Pero es un truco, lo sé. Es como si hubiera doblado la esquina. Sé que Pancha lo sabe. No podremos prescindir de Lhasa.
Un abrazo.
Pancha lo sabe todo, pero es muy discreta...
Se puede vivir con menos, pero se vive peor.
Bienvenida a mi(s) casas. Ponte cómoda!
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