martes, 4 de noviembre de 2008
Amor
Ayer sentí en mis carnes, y en bloque, lo que significa querer. Así, a lo loco, desinteresadamente, con el único propósito de que el ser querido lo sintiese. Un abrazo de más de 80 personas a otras 11, que estoy segura de que llegado el momento harían lo mismo por cualquiera de nosotros. Y por amor, igualmente.
Ayer, en Barcelona, se homenajeaba a 11 compañeros de profesión, que más que compañeros, yo al menos los siento como parte de mi familia (extraña, eso sí...). Y para que no se sintiesen solos, y para ser parte de aquello, y para que les llegase el calor de Los Suyos de cerca, casi nadie lo dudó a la hora de meterse en un bus que nos llevó a la velocidad de un motocarro gripado a la gran ciudad, a tomar por unas horas (volvíamos 3 horas después...) la meca del diseño español, esta vez como protagonistas.
Hoy, cansada por el viaje tortuoso, me he despertado con una sonrisa en la cara.
Creo que ya nunca me volveré a sentir sola, porque tengo una enorme familia de pirados encantadores dispuestos a correr con los brazos abiertos cuando se les necesita.
(los brazos abiertos para abrazar, se entiende...)
(...o sea, que no son para dar guantazos, o por culpa de un tirón...)
(igual la aclaración era innecesaria... pero bueno)
Mi abrazo lo tendréis siempre.
Ahí queda.
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4 comentarios:
Amor para ti también.
Fue genial. Emocionante y bonito.
Ver desplazada a toda la familia hasta allí.
Bravo por La Nave. Bravo por todos.
Gracias Xavi!
creo que tenemos mucha suerte contando los unos con los otros de esta forma. No percibí más que un inmenso cariño y un buen rollo muy poco habitual entre profesionales. Creo que en Barcelona se debieron quedar impresionados al ver llegar dos autobuses de sonrientes valencianos inconscientes que se subieron a un bus durante 10 horas (5+5) sólamente para acompañar durante un rato a unos cuantos amigos. y eso que ni nos regalaron manta eléctrica ni hicimos turismo ni nada...
Venga, que una garrafita de aceite seguro que entraba en el viaje!
Oye, pues qué bien tantos abrazos, no? A la próxima de éstas me apunto, que si no es así nadie me abraza!
Nada Violeta, ni garrafita, ni parada en Marina D'or para tomar las aguas, ni manta térmica, ni surtido de embutidos locales...
Y si necesitas un abracito, te bajas a Valencia, que aquí tienes dos brazos dispuestos y dos manos para tomar copitas!!
Y al próximo baño de masas te aviso, que algo caerá.
(Iba a decir que a mí también me hacen falta abracitos, pero la verdad es que este finde en tu barcelona me han dado unos cuantos... también un mamporro -quiero pensar que accidental-, pero vaya...!)
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