Chas. Cachete en el culo en medio de nuestro "momento".
Bueno. Vale... si a él le gusta... está bien.
CHAS-CHAS. Levanto un tanto indignada la cabeza... que una cosa es un cachete simpático en un momento dado, y otra una azotaina... pero bueno... él parece feliz... venga, va, no digo nada. Pero esto ha dejado marca , seguro.
La cosa sigue, y a Ramón*, que empieza a sentirse eufórico, se le ocurre la gran idea de decirme "venga, pégame un poquito tú también!".
Ramón, debiste especificar un poco más.
Siento enormemente haberte roto dos dientes de un cabezazo.
*Nombre ficticio donde los haya (o encina)
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