Ayer, mientras mi mente vagaba entre la consciencia y el sueño, a esas horas en las que la realidad es un punto de vista, hice un gran descubrimiento: un canal de tele tienda de juguetes eróticos.
Un tipo aparentemente normal (aunque esa misma descripción sea la que hace todo buen vecino de un psicópata/asesino de multitudes), describía con voz monocorde, tranquilizante, el bien que nos iba a hacer a todo el género femenino unas futuristas bolas chinas. Dejaré para otro momento el máster en vibradores que vino después, para no desviar la atención.
Lo que más me gustó de todo (eso sin llevar todavía las mías puestas...) fué que el dalai-lama del sexo solitario dejó caer que, aunque las bolas estaban previstas para que fortalezcamos nuestro suelo pélvico (antes de que nos lo recalifiquen también...), una serie de "pequeños orgasmitos muy placenteros" nos serán regalados por las dichosas bolas (las chinas, en este caso), así, como efecto colateral, como sin qurerlo...
Después de esto, como comprenderéis, y dado que no tengo la suerte de ser la feliz poseedora de unas bolas que me provoquen continuos y pequeños orgasmitos, ya no pude conciliar el sueño. ¿serían grandes orgasmitos si las bolas fuesen de tenis? ¿un pequño orgasmito, al crecer, se convierte en orgasmo o es un gran orgasmito per sé? ¿un enano gigante sigue siendo un enano, o pasa a tener un tamaño humano normal?
¿se pueden combinar todos los artilugios de la teletienda para ser utilizados a la vez? ¿qué pasa si me subo con mis bolas chinas a mi nueva vibro-power? ¿puedo utilizar a la vez mi mopa H2o?
ay, qué nervios...
