Fué por casualidad
mis ojos en tu nuca.
Fué casualidad
tus ojos en mis ojos.
Fué pura casualidad
tu risa en mi boca.
Totalmente casual
mi respiración en tu cuello
(only for you).
No fué premeditado
tu mano en mi pierna
-subiendo, distraída-
mientras la mía deslizaba
-bajando, con cuidado-
un corazón en tu bolsillo,
para el camino.
*(Casualmente llevaba uno encima)
miércoles, 7 de abril de 2010
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12 comentarios:
No me creo que la mano en tu pierna subiera distraida. Yo más bien diría que ib con los ojos bien abiertos :O
;-)
Eso me contó...
(casualmente)
Cachis, mi Lanita. Cuidado en dónde pones el corazón, que el tuyo es bien hermoso y noble como para apoyarlo en cualquier árbol espinoso.
Eso sí, a los árboles que dan sombra y cobijo, lo de la canción: "abre la muralla".
Recojo tu corazón querido y lo limpio, que será llamado para más altas instancias.
Besos enormes.
Nada, Isabel, no te preocupes, que lo presto a contrareembolso; me han de dejar otro en prenda, por si tarda en volver, o llega con algún raspón.
.-)
Un corazón en el bolsillo? Mejor, tírale unas peseticas por si tiene sed.
Nooo... no soy yo de tirar peseticas, nene.
Yo si doy, doy.. que el camino puede ser largo.
Lubicados y con sabor a corazón.
(interpretacíón libre. Libérrima, tal vez)
Me gustó.
Lubricados, quise decir.
Los caminos, lubricados, se recorren mejor.
(Ahora, lubicados... ni idea).
Me gusta que te guste.
Andas releyendo viejas entradas. Que lo sé. Gracias.
Jajaja!
Me pillaste con el retro-visor...
El Gran Hermano de un hijo único.
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