Se enamoró perdidamente
del sonido de su propia voz.
Un día reunió el valor suficiente
y se preguntó
-al oído-
si quería estar con él
toda la vida...
(...)
Desolado,
pidió zumo de naranja para uno.
Otra vez.
domingo, 14 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
Me conocés demasiado---
A veces es mejor un uno que un dos. Depende del dos, por supuesto.
Besicos y buen domingo, reina del ingenio.
"Ingenio es el proyecto que elabora la inteligencia para vivir jugando."
gracias, Isabel.. seguiremos jugando!
Para tí, de limón, Darío.
;-)
Yo, el zumo, con tostadas.
cuando me pregunte a mi mismo, si queria estar conmigo mismo el resto de mi vida... no pedí zumo... pedi doble de aguardiente.
Será que se me hace dificil aguantarme... o que necesitaba un trago, para reunir el valor para dejarme... (a mi mismo).
Yo el aguardiente (para 7) lo pedí dos dias después, cuando procesé la respuesta.
.-))
(eso sí, siempre con tostadas. Me deprime beber sola)
Publicar un comentario