Sobrevuelo la idea de meter 4 cosas en un escueto equipaje y dejarme llevar con el primer soplo de viento que se acerque.
Sobrevuelo en círculos cada vez más cerrados, la fantasía de no tener destino, de ponerme las obligaciones por montera y, mañana, ya no estar aquí.
Despedirme con un post-it, emborronar una nota con un impreciso "no me esperes para cenar. Nunca más", salir a comerme el mundo con los dedos, a bebérmelo a morro, a meterle mano sin pedir permiso... a robarle un beso de película.
Sobrevuelo cada vez más bajo, hasta que, delicadamente, me poso sobre el blando y gastado suelo de la realidad.
Sobrevuelvo.
Quizás, otro dia, sople con más fuerza.
martes, 23 de febrero de 2010
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5 comentarios:
Siempre la p... realidad para estrellarnos. Menos mal que los sueños son libres y tienen alas. En ellos, somos omnipotentes.
Muy inspirado y muy sugestivo tu texto.
Me encantó.
Mis sueños, con el tiempo, están desarrollando ruedas, que un dia utilizaré.
Gracias, Isabel.
Me gusta que te guste, aunque practique la escritura menos reflexiva del mundo..!
Y de todas formas, los sueños no necesitan volar, porque pueden ir, perfectamente sobre bicicleta o patines. Grave error es pensar que los sueños son una cosa parecida al movimiento de los ángeles o un dios. Beshoooooooo...
Anita...querida...
...¿como no van a tener ruedas tus sueños?
¡¡ si no dejas de soñar con una Bonneville !!
aysss.
Recuerda que el equipaje sea ligero... y que el primer viento solo es preambulo de los buenos vientos... Quizá la proxima vueltecita, puedas planear por mas tiempo...
¿tendrás que sacarte el carnet de piloto?
:-)))))
Ese viajecito ya será a lomos de mi sueño... digo, de mi Bonnnnnnie!
chasgrasias, Javi.
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