domingo, 31 de enero de 2010
sábado, 30 de enero de 2010
Algo pasa.
Paso 1.
Siempre me ha provocado curiosidad saber cuánta gente (hordas... millares de personas que se agolpan a las puertas del Sr. Www) tiene a bien perder unos minutos de su tiempo para leer las palabras, animales o cosas que junto yo en el mío. Hasta hace poco, mi ciberlelitud me lo había negado con una sonora carcajada.
Paso 2.
Descubro que no es taaan difícil, y consigo instalar uno de esos indicadores que te dicen cómo llega la gente a tu blog. Bien. Mi curiosidad empieza a saciarse.
Paso 3.
Con alegría y sorpresa, compruebo que mis lectores van mucho más allá de mis expectativas... y de repente descubro que en México, Argentina, Colombia, Estados Unidos, Brasil, Croacia, etc.. se me sigue con fervor (esto último es de mi cosecha; ignoro el fervor, pero me gusta imaginándomelos así. Cada uno es feliz a su manera, y yo no hago daño a nadie).
Paso 4.
Miro un poco más... y veo que el 90% de las entradas que me llegan desde Sudamérica lo hacen a través de un buscador... al tratar de encontrar información acerca del trepidante tema "hombres con pechos de mujer".
Paso 5.
Tras el estupor inicial, y la inquietud que me provoca este fenómeno tan extendido por el continente americano (el agua, debe de ser el agua, sin duda...), llego a la conclusión de que nunca podré tener una relación con ningún ejemplar de la zona sur del continente americano porque no soportaría que mi novio tuviese más pecho que yo.
Y a mí, operarme, no me apetece lo más mínimo.
Ni siquiera lo más minino, mira lo que te digo.
(Ahora, también es como raro que al poner "hombres con pechos" en el buscador salga mi blog... No sé, me lo haré mirar)
(Ahora vuelvo. Voy a inquietarme).
Siempre me ha provocado curiosidad saber cuánta gente (hordas... millares de personas que se agolpan a las puertas del Sr. Www) tiene a bien perder unos minutos de su tiempo para leer las palabras, animales o cosas que junto yo en el mío. Hasta hace poco, mi ciberlelitud me lo había negado con una sonora carcajada.
Paso 2.
Descubro que no es taaan difícil, y consigo instalar uno de esos indicadores que te dicen cómo llega la gente a tu blog. Bien. Mi curiosidad empieza a saciarse.
Paso 3.
Con alegría y sorpresa, compruebo que mis lectores van mucho más allá de mis expectativas... y de repente descubro que en México, Argentina, Colombia, Estados Unidos, Brasil, Croacia, etc.. se me sigue con fervor (esto último es de mi cosecha; ignoro el fervor, pero me gusta imaginándomelos así. Cada uno es feliz a su manera, y yo no hago daño a nadie).
Paso 4.
Miro un poco más... y veo que el 90% de las entradas que me llegan desde Sudamérica lo hacen a través de un buscador... al tratar de encontrar información acerca del trepidante tema "hombres con pechos de mujer".
Paso 5.
Tras el estupor inicial, y la inquietud que me provoca este fenómeno tan extendido por el continente americano (el agua, debe de ser el agua, sin duda...), llego a la conclusión de que nunca podré tener una relación con ningún ejemplar de la zona sur del continente americano porque no soportaría que mi novio tuviese más pecho que yo.
Y a mí, operarme, no me apetece lo más mínimo.
Ni siquiera lo más minino, mira lo que te digo.
(Ahora, también es como raro que al poner "hombres con pechos" en el buscador salga mi blog... No sé, me lo haré mirar)
(Ahora vuelvo. Voy a inquietarme).
jueves, 28 de enero de 2010
martes, 26 de enero de 2010
Stolen woods (part.1)
lunes, 25 de enero de 2010
Thruxton.
domingo, 24 de enero de 2010
This boots are made for...
... walking on the wild side.
Botas de ponerse las botas.
Botas para quitar(te) las botas.
Botas para dejar bajo (tu) mi cama,
mientras esperan, pacientes, volver a abrigar
a sus pies favoritos, los míos,
entretenidos ahora en otros tactos menos textiles.
Que no les vaya a pasar nada.
Que no les vaya a pisar nada.
(angelicos)
(me encantan mis botas nuevas)
Mi nueva joya
Buscaba este libro desde hace siglos, descubierto haciendo de "voayeur" en la biblioteca más que ilustrada de mi amigo Isidro, y al fin ha caído en mis manos!!
Muuuuy recomendable (a quien interese el diseño gráfico y la ilustración. A quien no, se la traerá al pairo, incluso al cairo).
Me beso los pies.
.-)
sábado, 23 de enero de 2010
miércoles, 20 de enero de 2010
Stolen words (part. 7)
"El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio; si puedes simular eso, lo has conseguido."
(Groucho Marx)
(Groucho Marx)
martes, 19 de enero de 2010
Horti cultura.
Los pimientos del Padrón, por definición, tienen denominación de orígen.
Otra cosa es lo de picar o no, que ya se solicita en otras oficinas.
Otra cosa es lo de picar o no, que ya se solicita en otras oficinas.
domingo, 17 de enero de 2010
Hair.
Me despeinan los recuerdos enredados
en la punta de tus dedos.
(Ya ves que no es mi culpa este pelo ingobernable..)
en la punta de tus dedos.
(Ya ves que no es mi culpa este pelo ingobernable..)
viernes, 15 de enero de 2010
De mi barrio a tu barrio.
">
No diré que no (más que nada porque no sé hacerlo).
(Otra de mis canciones preferidas)
(Incluso favoritas)
No diré que no (más que nada porque no sé hacerlo).
(Otra de mis canciones preferidas)
(Incluso favoritas)
Conversaciones de café (previo)
-Hola! (dijo ella, alegre)
-Hey... cuánto tiempo (sorprendido)... ¿qué te trae por aquí? (algo desconcertado)
-Trabajo. Y placer, siempre que sea posible llevar ambas cosas de la mano! (quiere parecer entusiasta) ¿y a tí, qué te trae por aquí? (algo molesta por no percibir el mismo entusiasmo)
-Yo vivo aquí... supongo que lo recuerdas. (irónico)
-Sí. Aunque me está costando bastante olvidarlo. Mi terapeuta no es barata.. (irónica)
-Espero que sea menos cara que mi clínica de desintoxicación. Me ingresé voluntariamente en "Proyecto Mujer"... (trata de ser gracioso).
-Echaba de menos tu sentido del humor (baja la guardia. Sonríe, por fin).
-Yo sigo echando de menos tu sentido del amor... (tierno)
-... (mirada melancólica)
-... (veo tu mirada melancólica y subo dos)
-Oye... ¿y si me invitas a un café en nuestro café? (asomándose al borde del precipicio)
-Siempre y cuando los paréntesis se queden fuera. Así no hay quien oculte nada...! (...)
-Hecho. Busco una farola para dejarlos atados y vuelvo. No quiero que me los roben; los voy a necesitar (...)
-Hey... cuánto tiempo (sorprendido)... ¿qué te trae por aquí? (algo desconcertado)
-Trabajo. Y placer, siempre que sea posible llevar ambas cosas de la mano! (quiere parecer entusiasta) ¿y a tí, qué te trae por aquí? (algo molesta por no percibir el mismo entusiasmo)
-Yo vivo aquí... supongo que lo recuerdas. (irónico)
-Sí. Aunque me está costando bastante olvidarlo. Mi terapeuta no es barata.. (irónica)
-Espero que sea menos cara que mi clínica de desintoxicación. Me ingresé voluntariamente en "Proyecto Mujer"... (trata de ser gracioso).
-Echaba de menos tu sentido del humor (baja la guardia. Sonríe, por fin).
-Yo sigo echando de menos tu sentido del amor... (tierno)
-... (mirada melancólica)
-... (veo tu mirada melancólica y subo dos)
-Oye... ¿y si me invitas a un café en nuestro café? (asomándose al borde del precipicio)
-Siempre y cuando los paréntesis se queden fuera. Así no hay quien oculte nada...! (...)
-Hecho. Busco una farola para dejarlos atados y vuelvo. No quiero que me los roben; los voy a necesitar (...)
Stolen words (part.6)
Instrucciones para llorar
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
(Julio Cortázar)
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
(Julio Cortázar)
jueves, 14 de enero de 2010
Stolen words (part.5)
"Mientras tememos conscientemente no ser amados, el temor real, aunque habitualmente inconsciente, es el de amar."
(Erich Fromm)
(Erich Fromm)
miércoles, 13 de enero de 2010
...
-¿... Y si tú...?
-No, yo no...
-Ok... sólo preguntaba por... ya sabes...
-Ya... pero tú ya sabes que... es mejor que...
-Sí... pero hay veces que las cosas...
-Lo sé... aunque esta vez...
-...
-...
-¿... y te enfadarías si te dijese que no sé de qué estamos hablando...?
-Yo tampoco. Hace siglos que no sé de qué hablamos... pero te veía tan convencida...
-¿Dos terrones?
-Sí. De azúcar. Gracias.
-No hay de qué.
-Sí hay de qué. Seamos claros: por el azúcar.
-No, yo no...
-Ok... sólo preguntaba por... ya sabes...
-Ya... pero tú ya sabes que... es mejor que...
-Sí... pero hay veces que las cosas...
-Lo sé... aunque esta vez...
-...
-...
-¿... y te enfadarías si te dijese que no sé de qué estamos hablando...?
-Yo tampoco. Hace siglos que no sé de qué hablamos... pero te veía tan convencida...
-¿Dos terrones?
-Sí. De azúcar. Gracias.
-No hay de qué.
-Sí hay de qué. Seamos claros: por el azúcar.
martes, 12 de enero de 2010
domingo, 10 de enero de 2010
sábado, 9 de enero de 2010
viernes, 8 de enero de 2010
El rizo vivo.
Osadías, S.L.
Lo he vuelto a hacer. LO HE VUELTO A HACER.
Este año me he propuesto vivir al límite y he empezado apostando fuerte: Lo puse todo al verde y fuí a la peluquería. Sí señor. Esa soy yo (esa no... la otra... sí, la de la camiseta de rayas... no, las horizontal... bah, déjalo).
Un amigo capilarmente respetable me dió las señas de su peluquería, y allá que me fuí ayer, el peor día de la historia para ir a la peluquería porque caían chuzos de punta -yendo esquivé dos que por casi me desgracian. sí, como Desgracian 2000..- (recogido en el "Gran Libro Llongueras de los dias menos propicios para el pelo (y otros cuentos de terror)").
Nada más entrar noté el típico desprecio del gremio del pelo para conmigo, y desganadas y aburridas (no había nadie más que dos peluqueras y yo) me preguntaron que qué me traía por allí. Contuve mis ganas de hacer cualquier tipo de broma y dije un simple "quiero cortarlo. El pelo. Todo, no uno solo."
Ok.
Ya está hecho.
Ya no hay marcha atrás.
Sin prestarme la más mínima atención, y mientras organizaban todo el calendario 2010 para las vacaciones -"tia, es que al Jony no le dan libre más que la primera de Febrero... enrrollate, no?" (llegaron en el secado hasta las navidades siguientes), una de ellas se lanza a lavarme el pelo. Inmersa como estaba en el calendario laboral, no se da cuenta de que, además del pelo, me está lavando el cuello y gran parte de mi anatomía... y se lo digo... pero nada, ni el más mínimo interés.
No digo nada. No sé, igual es cosa de las pelus modernas (como voy tan poco... quizás en mi ausencia han cambiado la metodología, vaya usted a saber. Sí, usted... no, señora, usted no, aquél de... nada, da lo mismo!).
Por suerte, a la hora de atacarme con las tijeras, la hembra alfa de las peluqueras tiene a bien consultarme con un lacónico "a ver, cómo lo quieres.."
Se lo explico. Esta vez no me atrevo a sacar el recorte de revista con la foto de Liv Tyler y su espléndido corte de pelo para no darles más motivos de escarnio, y trato de narrar lo más detalladamente posible el corte, mientras mi cabeza sigue chorreando agua (porque en la cabeza, en lugar de toalla absorvente, se me ha colocado una especie de paño sabánico que será muy mono, pero la absorvencia no es su fuerte. En cambio, como funda de almohada debe de estar cotizadísimo, no lo dudo).
Ella, que durante el proceso no ha apartado su mirada vacía de expresión de mí, espera pacientemente a que yo diga un "pues así lo quiero", cerrando la narración, y resuelve con un "vamos, que lo quieres en V" mi explicación emocionante.
De nuevo, no me atrevo a contrariarla y le digo un inseguro "sí... creo que sí. En V..."
Misteriosamente, el corte es el esperado, y yo, por fin, puedo respirar aliviada.
Hasta que llega la siguiente pregunta, que me tensa todos los músculos: "¿te lo seco liso o te lo dejo con la onda viva?".
Y yo, conservacionista convencida de la vida, opto por la inquietante propuesta. Nunca me he visto con ondas vivas... y recordemos que hoy es el dia de la osadía!
Al cabo de 10 minutos, mi cabeza ha triplicado su volúmen, mientras ella me ilustra acerca de los diferentes tipos de pelo que existen: Liso, rizado, ondulado y agradecido.
El mío, al parecer, pertenece a este último grupo, el de la gratificación capilar.
En 10 minutos más salgo de la peluquería con la onda africanamente viva...
Me encanta ser afro.
A partir de ahora hablaré como las negras, os llamaré "hermano y hermana" (dependiendo de vuestro sexo), e inventaré un saludo molón, rapeante.
Es lo que da la onda viva, men.
Este año me he propuesto vivir al límite y he empezado apostando fuerte: Lo puse todo al verde y fuí a la peluquería. Sí señor. Esa soy yo (esa no... la otra... sí, la de la camiseta de rayas... no, las horizontal... bah, déjalo).
Un amigo capilarmente respetable me dió las señas de su peluquería, y allá que me fuí ayer, el peor día de la historia para ir a la peluquería porque caían chuzos de punta -yendo esquivé dos que por casi me desgracian. sí, como Desgracian 2000..- (recogido en el "Gran Libro Llongueras de los dias menos propicios para el pelo (y otros cuentos de terror)").
Nada más entrar noté el típico desprecio del gremio del pelo para conmigo, y desganadas y aburridas (no había nadie más que dos peluqueras y yo) me preguntaron que qué me traía por allí. Contuve mis ganas de hacer cualquier tipo de broma y dije un simple "quiero cortarlo. El pelo. Todo, no uno solo."
Ok.
Ya está hecho.
Ya no hay marcha atrás.
Sin prestarme la más mínima atención, y mientras organizaban todo el calendario 2010 para las vacaciones -"tia, es que al Jony no le dan libre más que la primera de Febrero... enrrollate, no?" (llegaron en el secado hasta las navidades siguientes), una de ellas se lanza a lavarme el pelo. Inmersa como estaba en el calendario laboral, no se da cuenta de que, además del pelo, me está lavando el cuello y gran parte de mi anatomía... y se lo digo... pero nada, ni el más mínimo interés.
No digo nada. No sé, igual es cosa de las pelus modernas (como voy tan poco... quizás en mi ausencia han cambiado la metodología, vaya usted a saber. Sí, usted... no, señora, usted no, aquél de... nada, da lo mismo!).
Por suerte, a la hora de atacarme con las tijeras, la hembra alfa de las peluqueras tiene a bien consultarme con un lacónico "a ver, cómo lo quieres.."
Se lo explico. Esta vez no me atrevo a sacar el recorte de revista con la foto de Liv Tyler y su espléndido corte de pelo para no darles más motivos de escarnio, y trato de narrar lo más detalladamente posible el corte, mientras mi cabeza sigue chorreando agua (porque en la cabeza, en lugar de toalla absorvente, se me ha colocado una especie de paño sabánico que será muy mono, pero la absorvencia no es su fuerte. En cambio, como funda de almohada debe de estar cotizadísimo, no lo dudo).
Ella, que durante el proceso no ha apartado su mirada vacía de expresión de mí, espera pacientemente a que yo diga un "pues así lo quiero", cerrando la narración, y resuelve con un "vamos, que lo quieres en V" mi explicación emocionante.
De nuevo, no me atrevo a contrariarla y le digo un inseguro "sí... creo que sí. En V..."
Misteriosamente, el corte es el esperado, y yo, por fin, puedo respirar aliviada.
Hasta que llega la siguiente pregunta, que me tensa todos los músculos: "¿te lo seco liso o te lo dejo con la onda viva?".
Y yo, conservacionista convencida de la vida, opto por la inquietante propuesta. Nunca me he visto con ondas vivas... y recordemos que hoy es el dia de la osadía!
Al cabo de 10 minutos, mi cabeza ha triplicado su volúmen, mientras ella me ilustra acerca de los diferentes tipos de pelo que existen: Liso, rizado, ondulado y agradecido.
El mío, al parecer, pertenece a este último grupo, el de la gratificación capilar.
En 10 minutos más salgo de la peluquería con la onda africanamente viva...
Me encanta ser afro.
A partir de ahora hablaré como las negras, os llamaré "hermano y hermana" (dependiendo de vuestro sexo), e inventaré un saludo molón, rapeante.
Es lo que da la onda viva, men.
miércoles, 6 de enero de 2010
Sisters.
Mi aportación al dia del niño.
Como podéis observar, mi madre hizo el intento de borrarme de la foto vía trapo + líquido limpiador corrosivo... pero no funcionó.
Y eso que en aquella época, como mi cara de ensimismamiento (enmimismamiento, en este caso) denotaba, no daba demasiados problemas.
Eso sí, de verdad, no sé qué ha sido de mis rizos dorados...
Yo, amigos, una vez fuí rubia.
Formé parte de la élite dorada.
Alcancé el nirvana amarillo.
(los morritos los conservo..)
martes, 5 de enero de 2010
lunes, 4 de enero de 2010
Me voy.
-Me voy. No trates de retenerme.
-Pensaba que ya te habías ido...
-Conmigo no hace falta que finjas que no te importa.
-No finjo: no me importa. De verdad.
-Esta vez tus artimañas no te servirán de nada. Me voy de verdad. Ya no estoy.
-Que te vaya bonito... ya te lo he dicho.
-No insistas, no me voy a quedar. Asúmelo.
-¿Sigues tomando la leche semidesnatada?
-Sí, claro. ¿Por?
-Compra 6 bricks, entonces.
-No te olvides del café, cariño.
-Te lo apunto.
-Y te quiero por ello.
-Pensaba que ya te habías ido...
-Conmigo no hace falta que finjas que no te importa.
-No finjo: no me importa. De verdad.
-Esta vez tus artimañas no te servirán de nada. Me voy de verdad. Ya no estoy.
-Que te vaya bonito... ya te lo he dicho.
-No insistas, no me voy a quedar. Asúmelo.
-¿Sigues tomando la leche semidesnatada?
-Sí, claro. ¿Por?
-Compra 6 bricks, entonces.
-No te olvides del café, cariño.
-Te lo apunto.
-Y te quiero por ello.
domingo, 3 de enero de 2010
Se acerca mi cumpleaños. 16/02
(Vaya, que me haría ilusión...)
(Que si no es mucho pedir...)
(Si no es molestia...)
(Que si os juntáis todos, os llega...)
(Que en ese color ya me va bien...)
(Los asientos, si pueden ser de cuero, que tienen mejor limpieza...)
(Que no hace falta que me lo dejéis con el depósito lleno, que ya lo lleno yo...)
(No sé... más fácil yo ya no lo puedo poner)
No (te) recuerdo.
Pongo tanto empeño
en tratar de olvidar(te)
que no (nos) pienso en otra cosa.
*(para una correcta digestión, eliminar los paréntesis)
en tratar de olvidar(te)
que no (nos) pienso en otra cosa.
*(para una correcta digestión, eliminar los paréntesis)
viernes, 1 de enero de 2010
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